Dudas comunes con el color a la hora de trabajar con imprenta
Una de las dudas más comunes a la hora de preparar nuestro trabajo para imprenta es como van a quedar los colores que vemos en pantalla…tenemos un montón de información que a veces despista más que ayudar: modos de color, espacio de trabajo, diferentes tipos de archivos, compresiones…. si no estás familiarizado con estos términos te puede dar más de un quebradero de cabeza.
Modos de color
La primera fuente de dudas y que genera la mayoría de los problemas es el modo de color, las pantallas de ordenador trabajan en un modo de color diferente de los medios impresos, ese modo de color se llama RGB
.
RGB es el modo de color común de los medios que emiten o proyectan luz y tiene mucha variedad de colores ya que alcanza los 16 millones de colores
CMYK es el modo de color de los medios impresos, se obtiene de la mezcla de tinta (cyan, magenta, amarillo y negro) y es mucho más limitado, solo tiene unos 64.000 colores posibles.
Entonces… ¿Dónde están mis otros 15.946.000 colores?
Esa es la clave de lo que se llama conversión de color y fuente de muchos dolores de cabeza, los colores que no tienen correspondencia entre CMYK y RGB no existen, se obtienen por aproximación.
Un programa de diseño puede simular los colores en CMYK seleccionándolo como modo de color, de tal forma que solo trabajemos con colores reproducibles a la hora de imprimir. También puede convertir archivos de RGB a CMYK (por ejemplo, fotografías) de tal forma que previsualicemos lo que se va a imprimir y podamos retocar las imágenes antes para que los colores no se desvirtúen o pierdan intensidad.
¿Y si quiero reproducir un color que no existe en CMYK?
Esos colores se pueden obtener como color directo, son los famosos colores pantone, que es tan solo una tinta fabricada a medida para ampliar el espectro de color CMYK. Si trabajamos con pocos colores (De 1 a 3) puede ser conveniente utilizar colores pantone que son más intensos y al ser una tinta directa, no tienen trama. Pero si trabajamos con CMYK y queremos añadir un color directo, posiblemente suponga un sobrecoste difícil de asumir.
Perfil de color
Otra duda que nos vamos a encontrar el famoso perfil de color; después de seleccionar el espacio de color es posible que el programa nos pregunte qué perfil de color tenemos que seleccionar entre una lista interminable.
Esto es, a priori, algo mucho más sencillo de lo que parece. El perfil de color solo hace de enlace para reproducir lo más fielmente posible el archivo digital en el medio impreso en función del tipo de tinta de la zona geográfica y del papel.
Como estamos en Europa, nuestro perfil de impresión estándar es Coated fograf 39 para papeles estucados o brillantes y Uncoated fograf 39 para papeles porosos.
Solo hay que preguntar a la imprenta el tipo de papel antes de seleccionar el perfil de color, además, algunas imprentas además tienen su propio perfil de color, con lo que incluso te lo pueden facilitar y ahorrarte el trabajo.
Negro
El color negro tiene una peculiaridad a la hora de imprimir.
El negro que viene de RGB es un color cuya conversión a CMYK da problemas, sus valores CMYK son aproximadamente 86C 85M 79Y 100K. Lo que hace que tenga exceso de tinta y de problemas a la hora de imprimir, quedando un color parduzco además por la suma de todos los colores.
En cambio, si solo usamos K100, no tendrá la profundidad de color que estamos acostumbrados y nos parecerá grisáceo.
Cuando tengamos una masa de negro y queramos que tenga suficiente intensidad, tenemos que usar las famosas camas de negro, esto es, añadir un color o colores que le den intensidad. Esto sería por ejemplo: C50 K100 (negro frio) M50 K100 (negro cálido) C30, M30, K100 (negro neutro). Existen otras combinaciones, pero este pequeño ejemplo nos solucionara la mayoría de los casos.
Para evitar exceso de tinta y problemas de secado y repintado, es mejor que la suma de valores no supere el 200% en el caso del negro.
Pequeños trucos y consejos a la hora de preparar documentos para imprimir.
Si solo vamos a imprimir el documento, no tiene otro uso, trabajar en el modo de color CMYK reducirá nuestro margen de error.
Una pantalla calibrada, o al menos bien ajustada sin colores saturados ni mucho tiempo de uso, nos ayudara a que lo que vemos en pantalla se parezca más a lo que vamos a imprimir.
Haz pruebas de impresión, empieza por impresoras caseras para ir viendo que hay pequeñas diferencias de lo que vemos en pantalla a lo que imprimimos y finalmente, haz una prueba final cuando lo tengas todo preparado.
Utiliza programas de diseño profesionales para poder previsualizar lo que estamos haciendo.
Consulta siempre con la imprenta modos y perfiles de color.
En los negros de texto usa solo 100%K, en los negros que sean mucha masa de color, añádele una cama de otro color que no supere el 200% sumando ambos valores.
Habla con tu impresor, rodéate de buenos profesionales y adviértele de los colores que te preocupan, en maquina se pueden hacer pequeños ajustes para corregir perdidas de intensidad, trabaja con gente cuidadosa que pueda ayudarte y mimar tu trabajo.
Recuerda: todas estas cosas llevan su tiempo y requieren de buenos profesionales que sean cuidadosos en su trabajo y fechas de entrega que te permitan tratar con mimo lo que haces, por eso intentamos evitar que el trabajo de imprenta se convierta en algo donde lo importante sea la producción, la fechas, la cantidad y el precio y no el trabajo en sí, a veces se nos olvida que el producto final es tan importante como todo lo anteriormente mencionado y si no lo tenemos en cuenta, ponemos en peligro el resultado final.
Esperamos que el artículo os sea útil y os ayude a solventar las dudas que puedan surgir a la hora de imprimir.
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